abril 09, 2013

...ES EL SUFICIENTE?

 
"No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy.." Hechos 3:6
¿Es Jesús suficiente? Esa es una pregunta que muchos cristianos necesitamos hacernos, porque por momentos no parece que lo fuera. Muchos cristianos a pesar de tener posesiones materiales; viven vidas descontentas y buscando siempre más y más. Me pregunto ¿dependen estos creyentes de Jesús o de sus cosas? ¿En que basan su contentamiento?
Si bien las Escrituras no condenan tener riquezas, en tanto se mantengan las prioridades en orden. Aquello que Dios no acepta es el amor al dinero, el amor a las cosas o posesiones (1 Ti. 6:10). Si esto acontece las riquezas llegan a ser nuestro amo y señor (Mt. 6:24). Cuando esto sucede debemos recordar que el Señor Jesucristo - y no las riquezas - es quien nos sustenta.
El apóstol Pedro nos ayuda con esto al relatar la historia del cojo que pedía limosna en la puerta del templo en Jerusalén. Este hombre le pidió dinero a Pedro, pero el apóstol le respondió: «No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda» (Hechos 3:6). El hombre que yacía a la puerta ese día pensó que el dinero era la respuesta a sus problemas, pero Pedro le mostró que la respuesta era Jesús, porque este hombre tenía una necesidad mayor. Y sigue siéndolo; el Señor Jesucristo, sigue siendo siempre nuestra mayor necesidad, aun cuando le conozcamos, solo Cristo puede satisfacer, nuestra insatisfacción.
Para Pablo Cristo era su satisfacción. Filipenses 4:12-13 describe la actitud del apóstol ante la vida: «Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (NVI). La comunión de Pablo con Dios estaba por encima de cuanto tuviera y más allá de cuanto faltara. Su contentamiento no dependía de las circunstancias, sino de su relación con Cristo.
El apóstol nos recuerda que el contentamiento no se produce de la noche a la mañana. Es algo que se aprende. A medida que nuestra relación con Dios se desarrolla, con el tiempo y las experiencias, aprendemos a confiar más en Él y menos en nosotros. Pablo sabía que Cristo le daría fuerzas para perseverar en toda situación en que se encontrara (v. 13).  Cualquiera que sea las circunstancias que enfrentes hoy, mediante la oración podrás recibir la fortaleza necesaria para estar contento y satisfecho en Cristo, quien realmente te sustenta.
 
La Biblia tambien nos orienta al respecto de un Estilo de vida que nos puede llevar a una Insatisfacción:
-Vivir con valores equivocados (Mateo 6:1).
-Vivir egoístamente (Jeremías 5:28).
-Vivir pensando en mis necesidades (Filipenses 2:4).
-Vivir pensando solo en recibir, sin ser generoso (1 Ti. 6:18).
-Vivir en la inmadurez (He. 5:12).
 
 
 
...Pero debemos estar absolutamente seguros de que nuestras mayores riquezas y nuestra mayor satisfacción la encontramos solo en: