abril 28, 2013

TRÁTELOS COMO REYES


"… fui forastero, y me recogisteis" Mateo 25:35
Es sabido que el rey Abdalá II, gobernante de Jordania desde 1999, se disfraza para ir a lugares públicos. Su propósito es hablar con gente común, averiguar qué piensan y verificar cómo tratan los empleados civiles a su pueblo. Ha visitado hospitales y oficinas gubernamentales para enterarse de la clase de servicio que brindan.
Al rey se le ocurrió esta idea mientras estaba en Nueva York. No podía salir de su hotel sin que lo acosaran, así que, se disfrazó. Como dio resultado, entonces lo probó en su país. Informó que, en cuanto empezó con esta práctica, los funcionarios civiles y los empleados hospitalarios comenzaron a tratar a todo el mundo como a reyes.
Cuando Cristo venga como Rey, juzgará a las naciones (Mateo 25:31-46). El Señor dijo que ese juicio se basará en el modo en que la gente lo trató a Él cuando tenía hambre, sed, era un extraño, estaba desnudo, enfermo o en la cárcel. Los que sean juzgados preguntarán cuándo lo vieron en esas condiciones, y Jesús responderá: "… en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis" (v. 40).  Al tratar a los demás, debemos recordar que todo ser humano ha sido creado a imagen de Dios. Además Jesús nos enseñó mediante Sus palabras y Su ejemplo, que a Él le importa mucho cómo tratamos a las personas. Por estas razones debemos tratar a todo el mundo con amabilidad y compasión. Busquemos cada día tratar a los demás como superiores a nosotros y sigamos el ejemplo de los funcionarios de Jordania, y tratemos a los demás como a reyes.


Nuestro amor a Cristo debe ser tan real como nuestro amor al prójimo.

 


Cómo mostrar amor al prójimo

1. Comunícate con la persona, lo más seguido que puedas.
2. Considérale importante, nunca más que Dios.
3. Inviertan tiempos escuchando mensajes bíblicos, en oración y busquen practicar lo aprendido.
4. Interésate por las personas que le importan (hijos, padres, amigos, hermanos, etc.).
5. Pídele frecuentemente su opinión, parecer y consejo.
6. Valora aquello que te dice, aun las críticas. Porque te ama sus críticas son constructivas, se receptivo y busca cambiar aquello que te dice.
7. Permite frecuentemente que experimente tu aprobación y afecto.
8. Protege a esa persona diariamente, bríndale seguridad.
9. Sé gentil, tierno y compasivo. Haz todo lo que puedas para entender sus sentimientos.
10. Desarrolla siempre sentido del humor, aún en las dificultades y problemas.
11. Evita cambios y decisiones importantes o repentinas, sin conversarlo y sin darle tiempo para que se adapte o piense en los mismos. Decidan juntos.
12. Cuando se comuniquen, aprende a responder abierta y verbalmente, sin ser grosero o descortés. Escúchale siempre, su consejo puede ser aquello que necesitas.
13. Consuélale cuando está deprimida/o. Por ejemplo, coloca tus brazos alrededor y sostenlo silenciosamente durante unos segundos sin sermonear o rebajarle. Luego invierte tiempo en oración.
14. Interésate en aquello que siente y qué es importante para su vida.
15. Corrígele amablemente, tiernamente y con principios bíblicos.
16. Permítele enseñarte sin ponerte a la defensiva.
17. Si eres casado aparta tiempos especiales para ella y los hijos.
 
Que Dios todo poderoso les de una semana Bendecida, y que su paz reine siempre en sus corazones..
 

 
 

abril 09, 2013

...ES EL SUFICIENTE?

 
"No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy.." Hechos 3:6
¿Es Jesús suficiente? Esa es una pregunta que muchos cristianos necesitamos hacernos, porque por momentos no parece que lo fuera. Muchos cristianos a pesar de tener posesiones materiales; viven vidas descontentas y buscando siempre más y más. Me pregunto ¿dependen estos creyentes de Jesús o de sus cosas? ¿En que basan su contentamiento?
Si bien las Escrituras no condenan tener riquezas, en tanto se mantengan las prioridades en orden. Aquello que Dios no acepta es el amor al dinero, el amor a las cosas o posesiones (1 Ti. 6:10). Si esto acontece las riquezas llegan a ser nuestro amo y señor (Mt. 6:24). Cuando esto sucede debemos recordar que el Señor Jesucristo - y no las riquezas - es quien nos sustenta.
El apóstol Pedro nos ayuda con esto al relatar la historia del cojo que pedía limosna en la puerta del templo en Jerusalén. Este hombre le pidió dinero a Pedro, pero el apóstol le respondió: «No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda» (Hechos 3:6). El hombre que yacía a la puerta ese día pensó que el dinero era la respuesta a sus problemas, pero Pedro le mostró que la respuesta era Jesús, porque este hombre tenía una necesidad mayor. Y sigue siéndolo; el Señor Jesucristo, sigue siendo siempre nuestra mayor necesidad, aun cuando le conozcamos, solo Cristo puede satisfacer, nuestra insatisfacción.
Para Pablo Cristo era su satisfacción. Filipenses 4:12-13 describe la actitud del apóstol ante la vida: «Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (NVI). La comunión de Pablo con Dios estaba por encima de cuanto tuviera y más allá de cuanto faltara. Su contentamiento no dependía de las circunstancias, sino de su relación con Cristo.
El apóstol nos recuerda que el contentamiento no se produce de la noche a la mañana. Es algo que se aprende. A medida que nuestra relación con Dios se desarrolla, con el tiempo y las experiencias, aprendemos a confiar más en Él y menos en nosotros. Pablo sabía que Cristo le daría fuerzas para perseverar en toda situación en que se encontrara (v. 13).  Cualquiera que sea las circunstancias que enfrentes hoy, mediante la oración podrás recibir la fortaleza necesaria para estar contento y satisfecho en Cristo, quien realmente te sustenta.
 
La Biblia tambien nos orienta al respecto de un Estilo de vida que nos puede llevar a una Insatisfacción:
-Vivir con valores equivocados (Mateo 6:1).
-Vivir egoístamente (Jeremías 5:28).
-Vivir pensando en mis necesidades (Filipenses 2:4).
-Vivir pensando solo en recibir, sin ser generoso (1 Ti. 6:18).
-Vivir en la inmadurez (He. 5:12).
 
 
 
...Pero debemos estar absolutamente seguros de que nuestras mayores riquezas y nuestra mayor satisfacción la encontramos solo en: